El restaurante Lobster Roll Barcelona ofrece a sus clientes una experiencia doble: comer en sus instalaciones y echarse una siesta después en un espacio que han habilitado con unas íntimas literas en las que poder quedarse traspuesto sin pudor a miradas ajenas. Según adelanta EFE, si un comensal se decide, tras disfrutar de un roll de marisco, a tomar una siesta, se le ofrece la posibilidad de una hora de descanso en uno de estos cubículos acolchados y de uso estrictamente individual.
Lobster Roll Barcelona (Muntaner, 22) abrió sus puertas el pasado junio, y junto a las preceptivas mesas y sillas del restaurante se encuentra el «Nappuccino Corner» con estos espacios de descanso. Cuando los responsables del restaurante lo alquilaron, el local ya contaba con estos cubículos que inicialmente habían formado parte de una idea similar, un café donde poder descansar, y que sus promotores han convertido en esta minifranquicia (el «Nappuccino Corner») que tiene su primera experiencia como tal en el Lobster Roll barcelonés.
«Lo pudimos aprovechar». Con los propietarios de Nappuccino nos llevamos muy bien y hemos hecho con ellos la primera franquicia en España, somos los primeros. Los turistas lo suelen aprovechar mucho para descansar», afirma Xiaoyong Chi, encargado del local.
Aunque el «contrato» es por una hora, si no hay mucha gente en el local, al cliente se le permite una pequeña prórroga de «quince minutos o media hora más, dependiendo de la gente y de la cola”. “No queremos que alguien abuse y se quede todo el rato dentro y, sobre todo, no son para citas, es de uso individual absoluto», recalca Chi.
